Lo de dedicar tiene su intríngulis, sí. Es el propio conceptum de la profesión representado a pequeña escala: evitar caer en la repetición, en el tamponismo, porque si tú te aburres, se aburre todo el mundo. Lo cierto es que, quien más quien menos, acabamos moviéndonos en un registro limitado de dibujos que "salen a la primera": ¿quince? ¿veinticinco?... Hasta el día en que te dicen "perdona, pero éste ya me lo habías hecho" y se produce un pequeño bache emocional que te ayuda a replantearte muchas cosas.
Dos humorismos aparecidos en El Jueves: el primero enlaza con lo que venimos contando. El segundo no tanto, pero venía en el mismo lote.
4 comentaris:
La última vez que estuve en el Salò del Còmic de Barcelona, lo que menos vi fueron cómics.
Chapas, camisetas, adolescentes con sobrepeso disfrazados y disfrazadas de Naruto y derivados, a porrillo, eso sí.
Pero bueno, es parte del encanto, supongo. Además, tengo entendido que un Salón sin frises disfrazados ni merchandising pone en peligro el continuo espacio-tiempo, así que más vale no arriesgarse.
Recordo que en el darrer LaParejita que em vas dedicar, a la teva pregunta de "Que vols que dibuixi?", vaig respondre "El que vulguis..." i no em vas mirar gaire be, rotllo, apa, ara aquest imbècil em farà pensar ... Vaig sortir del saló amb un pes al pit per haver-te putejat ... encara em desperto a les nits pensant-hi ... je, je ... (La dedicatòria, una guapada, com sempre)
No ens passem, Cruz! Imbècil, un senyor que fa cua amb un llibre meu a les mans? Mai! Fins aquí podíem arribar!
Tipo con boina, en un salón sin frikis ni merchandising, la gente entraría preguntando en voz bajita "¿Qué pasa? ¿Se ha muerto alguien?"...
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