Pero eran muchos años de La Parejita, y en fin, uno ya se había acostumbrado a vivir con estos personajes en la cabeza y poco a poco... Es cierto, muchas veces había dicho que en cuanto llegase a las mil páginas pararía (¡y llevaba 985 cuando se cortó abruptamente la serie!), pero en el fondo no lo creía ni yo.
Haciendo Orgullo y Satisfacción (¡suscribanse!), un día decidimos retomar esa tradición que dice que en las revistas funcionan muy bien los personajes, y esa fue la puntilla: si tengo unos personajes que funcionan y además me gustan, ¿por qué mantenerlos apartados del papel? El editor frustró una revista en la que creía y en la que, dicho sea de paso, habíamos gastado no pocas energías, pero al fin y al cabo era eso: su revista. Ahora bien... ¿la serie? Ah, oh, la serie es otra cosa.
O sea que ahí están: las nuevas aventuras de Emilia y Mauricio. Me siento cómodo en su casa. De momento, en Orgullo y Satisfacción.
Aunque, quién sabe, quizás sea el momento de empezar de nuevo...
(Podéis leer algunas de las viejas aventuras de Emilia y Mauricio aquí)
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