"¡García!", por fin

Creo que es hoy el día en que sale a la venta "¡García!", un tebeo de Santiago García y Luís Bustos que edita Astiberri y que os recomiendo comprar, leer y, ya puestos, difundir con entusiasmo: no os costará. "¡García!" es una aventura de una rara contundencia que habla de España, nada más y nada menos. España, país de ciudadanos súbditos, mágico lugar donde pasado y presente colisionan incansables, irresolubles y siempre, como dice en la contraportada, con rencor.

Para quien no lo sepa, hay otro pintoresco detalle que hace que "¡García!" deba ser anunciado aquí, y es que durante varios años éste fue un proyecto de Santiago García y un servidor. Lo dejé por pura y simple incapacidad: a pesar de lo bien que me lo pasé dibujando todas y cada una de las más de cien páginas que conseguí dejar terminadas, faltaban doscientas aún, el ritmo era cada vez más agónico, la actualidad maltrataba a nuestro guión de forma inmisericorde y, finalmente, tiré la toalla. No fue fácil ni, para qué disimular, demasiado agradable. Pero bueno, cuantas veces no habrán pasado cosas parecidas.

Años después, Santiago me dijo que quería reintentar "¡García!", esta vez con Luís Bustos. Debo decir que esto para mi fue una liberación. Mi sensación era que la historia había quedado mal cerrada: García existía ya. A Antonia le tenía un cariño brutal. Don Jaime, Verdú, Aquilino, todos eran personajes que estaban vivos en el papel, pero que no existían para nadie. Había una buena historia que no iba a ser contada. Por no ser, aquello no era ni muy justo.

Por suerte la llegada de Luís cierra el psicodrama (podéis relajaros) e inaugura una nueva etapa en la que, ahora sí, "¡García!" toma velocidad, domina la situación y llega a las tiendas dispuesto a dejarse querer. El tiempo le ha sentado bien: Santiago le ha dado un repaso al argumento hasta dejarlo fresco y actual. Luís dibuja con una fuerza animal, y convierte a García en un auténtico hombre de acción que transita por páginas poderosas, recias. Y retrata Madrid con conocimiento de causa. La historia se lee trepidante.

Por si fuera poco, Santiago y Luís me han permitido asomar la nariz en su proyecto aportando algunas páginas que me permiten, ya por fin, pasar página y cerrar felizmente esta historia, que ahora es suya y, por supuesto, de todos los lectores. Cito otra vez de la contraportada: "Desapareció sin dejar rastro. Ahora ha vuelto".

Pues eso, que ya está aquí, y esto no es cualquier cosa: deberíais aprovecharlo.